Pasaba el día en paso de los toros, por una extraña razón, mas bien por una ultima llamada a un ómnibus de una empresa que no recuerdo el nombre a ese lugar, 3000 pesos que me sobraban y un corazón roto, Bue esta bien, el corazón roto era la única razón. Bue lo primero que hice fue buscar donde iba a desempacar las 4 cosas locas que lleve, luego a buscar un bar donde tomar y después buscar una lugareña donde ponerla con mostrar mi cedula montevideana. Ósea quería hacer todo lo que un montevideano hecho mierda cree que tiene derecho a hacer en el interior.
Cuando llegue lo primero que note fue que era muy tarde para ser las 9 de la noche y que los parroquianos del bar no eran tan borrachos como para terminar tísico en la barra, ósea tome 2 grapas y me fui, sin antes darme cuenta que el cantinero era edil departamental y directivo de Tacuarembo futbol club. Las mujeres me dieron menos bola de lo que creí, no les importo mucho que fuese de Montevideo, por que mucho no entregaron y el hotel donde me quede no tenia ni siquiera radio por lo cual los 2 días que me quede en el pueblo fueron una total perdida de tiempo.
Nunca entendí por que pero el día que volví a Montevideo, pensé que volvía exactamente igual, pero cuando la vi a mi ex con otro en la terminal 3 cruces. Dije, a la mierda y me tome el primer ómnibus que saliera a cualquier lado, con la mitad de la plata y con el corazón aun mas destrozado. Pero esta ves no buscaría ni un bar para emborracharme, ni una mina para ponerla ni un lugar para quedarme. Buscaría una mina para emborracharme, un bar para quedarme y un lugar donde ponerla.
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