El estaba en el bar, como siempre, tomándose una grapa con limón. Haciendo que pase el tiempo de su agónica vida monótona. Solía ser el primero en ir, para poder estar ebrio antes que lleguen los parroquianos a hablar de football y aquellos tiempos buenos tomando whisky nacional. El se sentaba siempre en el medio de la barra, frente a la botella de anís que nunca nadie pidió un trago.
Ese día todo parecía ser como siempre, que seria una borrachera más. Pero ese día, por una extraña razón, un par de jóvenes, una parejita y 2 amigos de esta fueron a jugar al pool, cosa que sorprendió al cantinero, ya que hacia 2 años que nadie jugaba al pool en su cantina. Pero a lo que estos chiquilines no eran de la zona y el aburrimiento en ellos era mucho cayeron en el bar. El miro mucho a la novia de aquel pibe de plata, motaba que era una situación extraña ya que a pesar de ser novios, la chica no tenia nada que ver con el.
Ella fue al mostrador a pedir una ficha y a preguntar cuanto vendía la cerveza, aunque el cantinero no le quería vender por que le faltaba un año para cumplir la edad legal para poder tomar. Igual después el amigo de ellos un par de años mayor compro esa chela. Ella ni noto la presencia de el, pero el hacia rato que la miraba mucho.
En un momento entre pool y cerveza el Cleto se quedo sin un sope y tubo que ir al cajero, en eso se fue con una amigo, el otro se quedo con ella, pero estaba en un estado tan deplorable que no entendía ni donde estaba, así que el se acerco a la pendeja. Le dijo “nena te voy a enseñar lo que es la vida” y entre algún alcohol fuerte y palabras sin sentido, los dos terminaron amándose en el baño del bar.
Ese fue un verano raro en la vida de los dos, después de acabar volverán a jugar unos pool mas antes de que el novio llegara y no entendiera nada. Igual tampoco podía pedir muchas explicaciones por que para ir al lugar donde se andaban quedando, demoro demasiado, y el amigo andaba un poco agitado de mas. Pero de eso no puedo hablar por que, yo cuando lleguen los pendejos no estaban más y el loquito que siempre estaba tirado en la barra, ese día estaba contento y me contó esto y desde ese día no lo vi nunca más. Capas que por que el dueño del bar vendió el pool
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